Los inescrutables caminos de la vida hacen que a veces no coincidas jamás con gente que has conocido en distintos episodios de la vida. Amiguetes de pandilla, parejas, compañeros de trabajo o de estudios con los que había una relación personal. Muchas veces el día a día de cada uno hace que se pierda el contacto, por nuevas rutinas, cambios de domicilio, intereses...
No hace mucho retomé contacto con una vieja y entrañable compañera de insituto, con la cual vivimos innumerables horas de estudios, ratos de parque, momentos de recreo y de comida... y con quién tuve la ocasión de compartir una anécdota que voy a poner hoy por escrito después de haber sido uno de mis secretos más bien guardados: cómo nos metimos en las mazmorras de Scotland Yard.
Estábamos en el 3er curso del segundo grado de FP de Laboratorio y nos surgió la posibilidad de ir a Inglaterra por estudios para hacer prácticas en centros hospitalarios. Aquel sábado llegamos al aeropuerto del Prat de Barcelona y tomamos nuestro avión rumbo a Heathrow, Londres. Una vez llegados, una comitiva de taxis londinenses nos llevó a nuestro hotel. Entonces era el momento de abrir el equipaje y de aprovechar el día haciendo un poco de turismo por Londres.
Siguiendo el consejo de nuestra profesora de inglés, procedimos a perdernos por la city y así tener la experiencia de estar en un entorno angloparlante; siendo la mejor manera de sacar nuestro mejor aprendizaje y escuchar el inglés auténtico y no lo que sale de la boca de los profesores. Pues Mónica y yo, que nos conocíamos de cursos anteriores, nos fuimos desde Queen's Gate a conocer Trafalgar Square, Hyde Park, el Speaker's Corner, pasear por las orillas del Támesis,...
Pues llegó el momento de hacer un descanso después de comer. Nos tumbamos sobre el césped de los Jardines sur de la Torre Victoria. Allí Mónica procedió a hacerse un canuto. Pasó una posturita de hachís para el viaje y en ese entorno tan privilegiado, en una ciudad escenario de las mejores revoluciones contra-culturales, le apetecía fumarse un porro mientras seguíamos hablando de Londres y todo lo que nos quedaba por ver y vivir. En eso que por detrás de Mónica vi cómo se acercaba un Bobby a toda prisa hacia nosotros. Para los que no lo sepan, Bobby es cómo se llama al agente de policía de Londres. Pues avisé a Mónica.
- Mónica, vigila que viene un Bobby directo para aquí.
Mónica apagó el porro y lo guardó en su puño. Qué podía pasar? Solo estaba consumiendo un poco de hachís. Pero no sabemos cómo pero desde lejos el policía venía hacia nosotros y no parecía que fuera solo para saludarnos.
- Please, stand up! - nos espetó (¡Por favor, levántate!)
- Sorry, sir. Cannot we step on the grass? - le pregunté por si nuestro falta era pisar el césped.
- Please, stand up! - repitió. (¡Por favor, levántate!)
Nos levantamos y pidió a Mónica que abriera la mano. Obviamente abrió la mano vacía.
- No, lady. Your other hand! (No, señora. ¡Tu otra mano!)
Y allí estaba lo que quedaba del porro, y le hizo vaciar el bolso para sacarle la posturita de chocolate que llevaba. A mi me hizo un cacheo rápido en el parque. Y entonces el bobby procedió a llamar a por radio a sus compañeros.
Mientras esperábamos bajo la custodia del Bobby, y dado que tenía yo ya un buen nivel de inglés, le pregunté:
- Excuse me, sir. What will happen? (Discúlpeme señor. ¿Qué sucederá?)
- if it is the first time you're caught, nothing. If not, you'll go to the court. (si es la primera vez que os pillamos, nada. Si no, iréis a juicio).
Mónica le explicaba en su pobre inglés:
This in Spain not... - queriéndole decir que en España no te detienen por fumarte un porro.
Yo trataba de tranquilizar a Mónica diciéndole: verdad que no tienes antecedentes en Inglaterra? pues entonces no pasará nada.
Ella igualmente me trataba de exculpar diciéndole al policía:
Her not. only I.
Cuando yo me permití incluso en tal circunstancia de corregir a Mónica diciéndole:
Her es el posesivo femenino! Tienes que decir He que es él.
Mónica soltó una sonora carcajada que la verdad digo yo que no ayudó mucho a nuestra situación con el agente sin enterarse de lo que decíamos. De todos modos usando mi característica templanza rebajé un poco la tensión y traté de entablar conversación con el policía el cual me dijo que no hablaba español pero sí alemán, y me dijo que yo hablaba bien inglés para ser la primera vez en Londres. Este último detalle tal vez era lo que le hacía levantar sospechas de posibles antecedentes.
No pasaron ni 15 minutos, que se paró una lechera de la policía y nos metieron dentro. Fuímos con el agente en el mismo compartimento en un viaje que me pareció suficientemente largo para que no supiéramos a qué parte de Londres nos llevaban. Finalmente llegamos a la comisaría, completamente desubicados y sin saber qué nos deparaba el resto de la tarde. Nos separaron a Mónica y a mi, y aunque insistí que ella no hablaba inglés y que me ofrecía para hacer de traductor, el agente me dijo que ellos buscarían un traductor de español para la declaración de Mónica.
Separados pero no estábamos muy lejos cuando oía el interrogatorio de cómo el inspector inquiría a Mónica gritándole:
YOUR NAME! WHAT IS YOUR NAME!
Ella, asustada, lloraba y no podía referirse a otra cosa que a su DNI. Mientras yo estaba en un cuarto de unos 10 metros cuadrados con el agente que nos arrestó.
- Well, you've told me that you have not drugs with you, but I suspect that you're hiding something. (Bueno, me has dicho que no llevas drogas contigo, pero sospecho que escondes algo)
Así que me pidió que me sacara toda la ropa. Le pregunté si también los calzoncillos pero solo me dijo que holgara un poco las gomas de la ingle por si tenía que caer algo.
I already told you, sir. I do not have drugs. I never smoke joints. (Ya se lo dije, señor. no tengo drogas Nunca fumo porros.)
Incluso me permití la vacilada de invitarle a que mirara dentro de los zapatos.
- Do you want to look inside my shoes, sir? (¿Quiere mirar dentro de mis zapatos, señor?)
- No, thank you. That's all. - contestó esbozando una sonrisa.
Convencido de mi registro, no me tomó declaración ni ningún dato. Me ofrecí de nuevo para ayudar con la traducción, a lo que rehusó y me acompañó hasta la salida.
You're girlfriend will join you shortly. Wait for her right here. - Me comentó. (Tu novia se unirá a ti en breve. Espérala aquí)
Pues allí, en un portal ciclópeo esperaba yo. Ya oscurecía y empezaba a hacer frío. Eran las 18:00 y no habían comercios abiertos a esa hora. En la puerta habían esperando otras personas. Me acerqué a un joven que había en la puerta para pedirle fuego. No era yo muy fumador pero el rato en comisaría me llevó a fumarme un pitillo.
El joven me dio fuego y me dijo:
Are you Spanish, aren't you? you've got your girlfriend there inside.
Yes, she comes with me. Arrested for smoking a joint. Have you seen her? How is she?
She's ok. At that moment she was with a police-woman who was translating.I think she was going to make the photos for the file.
Oh, I see. Thank you my friend.
Seguí esperando unos interminables 20 minutos de oscuridad y frío y en ese momento vi salir a Mónica. Nos encontramos en el porche de tal ciclópea entrada y nos abrazamos mientras sollozaba. En cinco minutos estábamos partiéndonos de risa de todo lo ocurrido. Y recuerdo vívidamente como Mónica me alababa mi templanza ante el bobby diciéndome que me había comportado como un héroe; sin demostrar el más mínimo atisbo de nerviosismo y dando seguridad a la situación para no ponerla más nerviosa aún. Ni que decir que también estaba yo asustado, pero no me podía permitir demostrarlo.
Ahora solo faltaba volver al hotel y que los profesores que nos acompañaban no supieran de tal hazaña que podía desembocar en un expediente escolar. Pero... dónde estábamos? Nos recogieron en unos jardines cerca de la Torre Victoria? Cómo teníamos que volver?
Empezamos a andar sin rumbo fijo solo guiándome de mi "instinto". Sabía que estábamos en Trafalgar Square porque por la mañana habíamos estado allí comprando postales (se las sacaba a un tendero que me las daba para las chicas). Caminando llegamos sin mucho sentido a Piccadilly Circus. Estábamos viendo los principales lugares de Londres de casualidad. Nos topamos con un grupo de Hooligans, huimos de ellos. Nos metimos en el Metro y coincidimos con unos mallorquines que tenían la guía para llegar a Queen's Gate. Nuestro viaje por el famoso "tube" marcó un hito más en los lugares de interés turístico que íbamos visitando. Sin tener mucha hambre por los nervios, cenamos en un McDonald's y nos dieron las 22:00, hora en que los ingleses están ya recogidos. Llegamos al hotel y nos despedimos con un tierno abrazo y nos dijimos que nos guardaríamos el secreto. No era cuestión que si se enteraban los profesores que habíamos estado en las mazmorras de Scotland Yard igual se acababa allí el viaje para nosotros.
Mi compañero de habitación tenía la llave y nos metimos a dormir.
Al día siguiente, nos despertamos pronto y bajamos a meternos el desayuno continental del hotel a base de arrasar con todo lo que hubiera. Allí me encontré con Mónica y nuestras miradas lo decían todo; algo guardábamos. Con la panza llena corrimos a no perder ni un segundo de nuestra estada en la City, y fuimos a Hyde Park, a ver el Speaker's corner, el Soho, el British Museum, el Palacio de Buckingham (no vimos el famoso cambio de guardia ni a la Reina)... Teníamos intención de arrasar un buffet libre pero al final nos comimos un triste sandwich.
La nueva aventura me esperaba por la noche. Estábamos con otra compañera con la que teníamos cierta confianza y que también era rockera, la Cris. y nos dijimos que esa última noche londinense tenía que ser por todo lo alto: una orgía.... noooo! pero sí que nos teníamos que meter una fiesta. Yo que siempre he sido muy responsable y prudente, no era de desmelenarme aunque para aquellas fechas ya contaba yo con unas cuantas horas de vuelo de fiesta bohemia. Así que después de la cena nos encontramos con un grupito de italianos que al ver a las chicas se emocionaron. Solo uno de ellos hablaba inglés, y yo era el que hacía de intérprete entre todos; aunque el italiano y el castellano son inteligibles; y gracias a mi facilidad por los idiomas me pude hacer con un breve vocabulario italiano para la ocasión.
Pues nos fuimos a la discoteca Central Park. En la puerta nos recibió un negrata de 2 metros y 110 kg. de carne magra. Le pregunté:
+ What kind of music do you play in this disco? (¿qué tipo de música ponéis?)
- underground. (música no comercial)
Me gustó la idea.
En cuanto entramos cuál fue nuestra sorpresa que habían unas tías bueníiisimas pero que todos los chicos eran negros como el de la entrada. Los pocos chicos blancos que habían estaban arrinconados. Aún y así el grupo de italianos y de españolitas que iban conmigo nos metimos. Fue una gran noche
La música no es que fuera no comercial, era la primera vez que escuchaba Jungle y Drum and Bass; con dos negratas en un escenario: uno rapeando de vez en cuando y el otro metiéndole a unos bongos con un ritmazo genial sobre la base de jungle. Me ganaron!
En eso que vimos que Cris ya estaba dándose el lote con un italiano. El chorbo sentado sobre un sofá y la tía encima de él contorneándose de manera muy exagerada. Monica me dijo...
- no crees que se pasa un poquito la Cris?
+ Pues qué te voy a decir! de comer lenguado a parecer que están follando en público!
Y todos preguntándome sobre Mónica y ella que no quería rollo con nadie.
- Scusa, amico... la ragazza questa è la tua?
+ Sì, mi spiace ma lei è occupata. È la mia ragazza, lasciala in pace, per favore.
- E come non sei con lei?
+ perché sono parlando con te!
Y le dije a Mónica
+ ya les he dicho a todos que eres mi novia. Ya no creo que te tiren los trastos más.
Pues que mientras estaba una follando, y la otra bailando, y otras del grupo haciendo el ganso; un servidor se va a la barra a pedir una cerveza. Y allí me entró el primer gay de mi vida:
Un señor de 40 años o más, con pelo largo y vestido con túnicas como si fuera el mismo Rappel; se me acercó hablando en inglés, le contesté por cortesía. Me comentó que él trabajaba en moda y que solía venir a la discoteca, y qué hacía yo. Pues le comenté que venía de Barcelona y que estaba en viaje de estudios. Él ya me pagó las segunda cerveza mientras se sorprendía de mi aspecto. Uno no es que sea guapo pero me comentó;
-You do not look like a Spanish, you're more like German or northen France. Spanish guys are short, dark hair and skin. And you are blond and quite tall for me.
(No pareces español, eres más alemán o del norte de Francia. Los chicos españoles son bajitos, de pelo y piel oscuros. Y tú eres rubio y bastante alto para mí.)
Cuando vio que no me pudo emborrachar para sacar nada más, pues me dio su teléfono por si quería quedar con él. Me parece que aún lo guardo. Me parece que se llamaba Philip.
Pues fue el momento de salir de la discoteca porque ya nos echaban. Fuimos con la escandalera por la calle y pasó una patrulla de la policía. Mierda! y si nos detenían? Mónica ya tenía ficha policial en Londres! Por suerte pasaron del grupo de borrachos. Al llegar al hotel siguió la fiesta. En el pub del hotel no pagué ni una ronda y me puse tibio de cerveza y vacilándole a los italianos con mil y una chorradas. Enseñándoles todo tipo de guarradas en español y en inglés para que las soltaran a quién les pareciera. Armamos tal follón que el bar cerró antes y nos mandaron a la cama... bueno, a seguir el escándalo en los pasillos. Me aseguré de acompañar a mis amigas a su habitación para que ninguno de los italianos empitonados las molestaran.
+ Oggi la festa è finita! Al letto!
Ya exhausto me fui a la habitación donde el imbécil del compañero había cerrado con la llave por dentro. Allí estaba yo en la puerta llamando y llamando, y llamando... hasta que se abrió la puerta de al lado y salió una señora a pegarme la bronca de mi vida en un idioma que parecía alemán pero que en su voz cazallera parecía de Mordor. Y un servidor que es políglota:
+ Es tut mir leid, mein Frau. I möchte ins Bett gehen! (lo siento, señora mía ¡Quiero ir a la cama!)
Hasta que al final se abrió mi puerta y el tonto del colega medio riendo con la cara de sueño me dijo:
- joder con la señora!
Al dia siguiente sin un mínimo de resaca arrasamos el buffet del hotel para ir con peso extra a la estación de Victoria y tomar nuestro tren a una nueva aventura...