Saturday, December 21, 2019

Màximum Clatellot: Caputxa negra, samarreta negra i cor negre

Salut, guarrillus!

Avui una entrada al blog de Autodefensa dedicada al PodCast MAXIMUM CLATELLOT.

Aquest darrer programa podeu sentir la intervenció dels pencus habituals acompanyats del Xavi Monge. No us perdeu els blocs musicals amb l'Arròs amb en Vidal, Againsters o els Kulandra...

Sunday, December 01, 2019

El monstruo de la Trini

La Trinitat Nova. La Trinidad Nueva, barrio obrero donde los haya en Barcelona; en el distrito de Nou Barris. Allí pasé muchas horas de mi infancia porque era el barrio donde vivían mis abuelos. Y donde siguen viviendo algunos de mis terrores pues en este relato, os presento a... El Monstruo de la Trini.

Tendría yo unos 10 años. Aún y esa corta edad ya nuestros padres nos dejaban salir a la calle a jugar con otros niños del barrio y no faltaba la que era mayor que nosotros que se dedicaba a explicarnos las historias con las cuales teníamos nuestras mejores pesadillas y que nos alimentaban el apetito de conocer más sobre misterios y leyendas urbanas.

Después de estrenarnos con una rudimentaria ouija y hacernos creer que en el bloque de nuestros abuelos había vivido una bruja que dejó un recuerdo en forma de mano fantasmagórica que se veía en el reflejo del cristal del portal, finalmente nos dio a conocer un misterio viviente. Un misterio que era de carne y hueso. El misterioso monstruo del barrio.

Se le veía poco, pero en la ventana del primer piso de una casa baja, a veces se veía un hombre de aspecto monstruoso. Pero... ¿qué entendemos como monstruoso? Pues... sin ser de rasgos aterrorizantes, lo que realmente daba miedo es cómo miraba a la calle entre las cortinas de su ventana. Unas cortinas blancas pero de un tejido no muy tupido que destacaban en la negrura del interior de su habitación. Desde allí nos miraba el monstruo. Un hombre que no salía a la calle y que tenía la cabeza como cuadrada y bien podría recordar al mismo monstruo de Frankenstein, pero que yo le sacaba un parecido mucho más exacto al Martillo; el villano enemigo de Spiderman en uno de sus primeros cómics. Sí, era como el Martillo.

Si ya desde pequeño mi madre me hablaba del hombre del saco, y yo lo personificaba con los coches turismos que tenían chapa en las ventanas de atrás, a modo de vehículo industrial, quien debiera conducir ese coche realmente era nuestro Monstruo. Sí, él era el Hombre del Saco. Y vivía al otro lado de la calle de mis abuelos. Y nos miraba... Y nos observaba. ¿Qué cojones quería de nosotros? Pues era evidente, nos quería a nosotros. ¿Tan mal nos portábamos para que él estuviera observándonos? Ya les cuento que no siempre estaba mirándonos, no sabría decir si cada vez que mirábamos a la ventana él estaba allí viendo lo que pasaba por la calle, o mirando qué hacíamos los niños del barrio. Pero sí que recuerdo que era como si me tocaran a la espalda cuando uno ya notaba que él estaba en la ventana; solo tenía que girarme y verlo en la ventana mirando. Si salía yo a la calle y miraba la ventana puede ser que estuviera o no, pero no fallaba... si yo notaba su mirada, era darme la vuelta y verlo en su tribuna de vigía.

Aunque se le veía apenas la cara sí que se le veía a veces de busto hacia arriba, y así sabíamos que iba vestido. Su vestimenta era siempre en tonalidades parduzcas, que con el fondo oscuro de su habitación no le daba una sensación muy alegre. Por la similitud al Hammerhead de Spiderman, sabrán ustedes que se trata de un hombre de cabello oscuro y corto; de frente ancha y cabeza cuadrada. Creo recordar que en ocasiones vestía corbata oscura... ¡corbata dentro de casa! Ya me sorprende hoy en día ver a señores que se la ponen en domingo, pues más raro es que alguien la vista en casa mientras vigila la calle. De cuerpo entero sí que lo vimos alguna vez, más adelante les cuento en qué ocasión.

En su palco presidencial de vigía de menores solo se le veía a él. Pocas veces había visto cómo una mujer más joven lo hacía moverse de su silla desde donde nos miraba por la ventana para alejarlo y llevarlo más adentro de la casa. En ese gesto el Monstruo no dejaba de mirar por la ventana. No dejaba de mirarnos. Los niños del barrio nos preguntábamos si era un señor mayor, si era un deficiente mental, si realmente era el Hombre del Saco,... de todas nuestras hipótesis la que ganaba más peso era la de ser el mismo dueño de nuestras pesadillas.

Ese maldito ser se dejó ver de cuerpo entero un día que bajó a la calle. Iba él acompañado de la mujer que lo asistía alguna vez en la ventana de la habitación. A priori parecía un deficiente mental aunque vestido como un señor: americana marrón, pantalones de pinza marrones, camisa verde y corbata negra. Pero ese señor parecía tener el cerebro de un ladrillo, porque su cabeza tenía esa forma. Así que la suposición de que fuera un deficiente podría ser válida pero no del todo. Ese día mientras estaba en la puerta de su asquerosa casa de paredes marrones dejadas por el tiempo y teñidas por la polución, él no nos dejaba de mirar a los niños que en la acera de enfrente estábamos. Esta escena fue terrorífica pues mientras nos observaba paró delante de él un SEAT Panda de tipo industrial (con los cristales de atrás tapados por chapa). El supuesto deficiente que no nos quitaba ojo se metió en el coche por el lado del copiloto. Ahí los niños notamos cómo se nos escapaba la vida por el culo porque estábamos ante el mismísmo HOMBRE DEL SACO que se iba a "trabajar", el muy hijo de puta; además llevábamos la idea de que ,al estar desequilibrado, su intención en cuanto cazara a cualquier chaval podría ser de la más funesta: torturas, canibalismo, compra-venta de niños para los más horribles fines,...

Los avatares del destino hicieron que no supiéramos más de él, aunque la ventana seguía ahí con la cortinilla de gasa blanca tapando la mitad. Ahora por desgracia hace unos 17 años que no paso por esa calle, por ese barrio. He visto por Google street view que la finca fue derribada, pero estoy seguro que el Monstruo sigue en alguna parte. El Hombre del Saco sigue siendo real. Furgonetas industriales sin logotipo y de aspecto vetusto siguen circulando tan bien como circula la leyenda del Hombre del Saco. Las desapariciones de niños son una constante y más en estos días. No entiendo cómo teniendo a ese indeseable viviendo y observando a los niños del barrio tan cerca, nuestros padres nos dejaran salir a la calle solos sin nadie que nos vigile... bueno, sí que hay alguien que siempre vigila: el Monstruo de la Trini.