Estos días me he acordado de una de esas anécdotas que amenudo rememoramos pero no en toda su dimensión. Quiero decir que a veces, en el decurso de una conversación o situación, invocamos a algunas expresiones que hemos escuchado en nuestra vida pero que no solemos tener en cuenta todo el contexto o escena que propició tal o cual expresión.
He comentado en alguna que otra entrada que mi familia regentó un bar que nos sirvió como escuela vital, hasta el punto de que podría convalidar una diplomatura en sociología. El tramo de calle donde estaba el bar tenía vecinos de lo más variopinto y a cada cuál más curioso. Así pues, os contaré cómo una vecina que aborrecía el Heavy Metal y el Punk intentó mofarse de nuestro estilo de música y acabamos por descojonarnos.

En nuestro bar, como en casi todos los bares, era costumbre tener la TV todo el día encendida. Dependiendo de la hora pues se ponía un canal u otro. A veces teníamos puesta la radio para oir música variada. Pero lo más normal es que cuando estábamos los jóvenes pusiéramos nuestra música: Heavy y Punk. Pues a nuestra vecina, que tenía unos 28 años (nosotros unos 18), no le gustaban ni el Heavy ni el Punk. A ella le gustaban más bien cosas tipo Michael Jackson, Pop español, se flipaba también con el recopilatorio de la época llamado Por fin es viernes, con el que se ponía a bailar música disco (del tipo Fiebre del sábado noche) sin bajar del taburete y tragaba un frankfurt. Pues un buen día coincidió que estábamos pinchando grind core, concretamente al grupo Bittersound. Para ella todo eso era "ruido"; y empezó a criticar el estilo de música ya maldiciendo el estilo, que si los melenudos, que si todo son gritos, no saben tocar... y nuestro amigo El Grinder, mi hermano y yo defendíamos a Bittersound, al Heavy, al Punk y variantes a capa y espada pero con cierta sorna, diciendo que era "melodía", "exquisitez musical", "los nuevos clásicos"... pero nuestra adversaria musical no se lo tomó con la broma que era y se le empezó a notar el malestar y la rabia incrementando así los descalificativos hacia nuestra música, haciendo imitaciones que intentaban ridiculizar a los músicos de Heavy Metal y Punk; haciendo ver que tocaba la guitarra balanceándose de un lado a otro con la boca completamente abierta, sacando la lengua, y emitiendo un grito con la vocal A completamente estridente. Obviamente esta escena provocó que soltáramos al unísono una gran carcajada que no sirvió para que nuestra vecina se diera por vencida en su mofa, y que empezó a imitar las voces guturales de una de las canciones del grind-core que sonaban, haciendo que su boca pronunciara el fonema U medio sacando la lengua y soltando babas. Si su objetivo eran reírse del Heavy, el Grind o el Hard Core, no lo conseguía, solo estaba haciendo que nos riéramos mucho más aún de las payasadas que hacía y que en ningún caso nos ofendían. Como colofón nos hizo la imitación en tono de burla de un cantante al estilo Rob Halford, encurvándose haciendo ver que agarraba un micrófono y soltando una frase que pretendía imitar un grito en inglés. Pues os vais a sorprender cuando os digo que lo hizo de puta madre! Tenía una voz y una entonación para cantar Heavy o Funk o lo que se propusiera... evidentemente no le sirvió para nada más que para siguiéramos partiéndonos la caja torácica viendo tal espectáculo.
Éramos lo que ahora se llaman "trolls". Cuánto más nos decía, más nos reíamos. Las agujetas en los músculos intercostales nos duraron 3 días.
Amigos, con los gustos musicales no se juega. Aquí una pequeña reflexión:
Puedes decir que un estilo te gusta mucho, poco o nada; pero no puedes decir que un estilo musical es una mierda o una basura. Habrá a quién le guste y habrá quién, además, se la resople tanto tu opinión que pueda llegar a reírse sin más. Disfruta de tu música.
Salud y música!