Monday, March 01, 2021

1. No ser "anti-nada"

 Pues en mi labor por ordenar un poco los principios empiezo por algo tan simple y complicado a la vez como el no ser "anti-nada". Pero me dirán: no eres anti-racista, anti-fascista, anti... Pues aunque me pueda aplicar todos esos conceptos, no me considero anti-nada. Luego lo explico; ahora una anécdota que me ocurrió y que me valió un 1 a 0.


Estaba en el trabajo y me acerqué a dos superiores que hablaban entre ellos y no advertían mi presencia. Uno de ellos estaba criticando al límite del insulto al Futbol Club Barcelona. En eso, que el que criticaba que estaba de espaldas a mi, me vio y rápidamente dijo excusándose; pensando que yo soy aficionado al FCB:


- Perdona, pero es que yo soy anti-culé.


Y yo respondí:


+ Pues yo no soy anti-nada y - oye - se vive muy tranquilo.


Pues esta es la lección que me gusta aplicar el día a día. No ser anti-nada porque se vive muy tranquilo. Y es que un anti, como hemos visto el caso del "anti-culé", es alguien que tiene que estar continuamente preocupándose de la cosa de la que es "anti". Pues lo mejor es no ser anti-nada y así no tener esa ansia.


Con los típicos "antis" que me pudieran identificar simplemente diré que puedo estar de acuerdo con las definiciones de tales enunciados, pero la filosofía del no ser anti-nada es simplemente la de ignorar. Ignorar no quiere decir ser indiferente, simplemente aplicar saber popular de "el peor desprecio es el no hacer aprecio". Es entonces cuando los típicos troles te dejan en paz.


En el caso que presento, por ejemplo, imagínense que los típicos anti-culés están insultando, intentando ofender al culé; pues mi filosofía es la de ser aficionado a tu club sin tener que insultar al club rival. Activismo positivo. A todo esto... no soy culé!