Friday, October 15, 2021

Prohibido el paso

Salud guarrillXs


En este editorial os voy a hablar de lo que me ronda cada vez que veo lo de "prohibido el paso". No me refiero a que pueda haber una situación peligrosa tras tal anuncio; me refiero, por ejemplo, a cuando estás paseando tranquilamente por el monte y te encuentras una cadena que te barra el paso, como cuando pasas por un polígono industrial y ves lo de "prohibido el paso a toda persona ajena a la empresa/obra",... y ya extrapolando el mismo discurso a cuando tienes que cruzar una frontera y la emisión de visados. No sé... todo esto un poco me parece que atenta contra la libertad individual del movimiento dentro del planeta Tierra. 


De las peores cosas que llevo es que me digan "no puedes". No es que yo no pueda, tal vez habrán cosas que no quiera hacer, que no mi interesen lo más mínimo, sitios adonde no quiera ir... pero que jamás me digan que no puedo. Yo decidiré si puedo o no; o si finalmente, tras intentarlo, me doy por vencido o me aburra tanto como para que pierda el interés.


Volviendo al primer párrafo, y centrándome más en el objetivo del artículo, venía a referirme al "prohibido el paso". ¿Por qué no puedo atravesar ese campo? no quiero coger nada, no quiero estropear nada ni quedarme en ningún sitio; simplemente quiero decir "he estado" o que ese campo es el que me ha permitido seguir adelante para ir a "no sé dónde"; porque esa es otra... a veces el camino no tiene que llevarte a ningún sitio; simplemente caminas porque quieres caminar, explorar, conocer... Entiendo muy bien el concepto de la propiedad privada, y en esta disertación no cabe el concepto de entrar en una casa, en un espacio cerrado, en una vivienda... eso es allanamiento de morada, y algo mucho más serio como es el derecho a la intimidad; pero, un campo, un espacio abierto donde no haya para coger nada ; ni aunque lo hubiera: pasar por ese coto privado de caza, pasar por esa senda que da la casualidad que recorre un bosque privado, caminar por el huerto donde hay sandías y melones, pero lo que quiero es pasar, no coger nada. Pasar y no dejar rastro de mi paso más allá de lo que puedan ahondar mis suelas en la tierra.


En todo esto me acuerdo del documental que hicieron en el programa 30 Minuts en TV3, sobre los caminos que atravesaban las fincas de los "nobles" de Menorca, como los excursionistas reclamaban su derecho a pasar por ellos mientras que los terratenientes (con título nobiliario y casi sin hablar catalán por si alta alcurnia) no lo permitían. Campos, caminos y veredas que caerían en el abandono si no pasaban los excursionistas.


Debo confesar que he viajado poco, muy poco para lo que me gustaría, pero que mi motivación para viajar es poder decir "he estado ahí", "lo he conocido", "lo he visto",... entender que soy parte de este mundo y que no me cabe en la cabeza en que no pueda ir o pasar o estar en un sitio porque simplemente me digan "prohibido" o "no puedes". Ya he comentado la salvedad de los espacios cerrados, los domicilios, lo íntimo; vamos si queréis ponerle un límite pongamos un espacio de intimidad de tantos metros cuadrados incluso al aire libre. Pero si para ir de un punto a otro debiera atravesar un olivar, unas viñas o un bosque... por qué no podría. 


Bien que el tema puede dar mucho de sí y ante todo podamos entender que la sociedad occidental (y la mayoría de las sociedades actuales) están basadas en la propiedad privada; pero no me neguéis que es frustrante decir que hay trozos del planeta que no vais a pisar nunca.