Un inciso dentro de la temática de este blog. Rompo un poco la dinámica de este blog dedicado en mayor medida a historias de acción, terror y fantasía, con humor chorra, para hacer una crítica de un restaurante que me ha dejado un poco pillao. Ahí va:
No sé cómo serán los otros restaurante de Besalú, pero el que visité la verdad es de lo peor que me encontrado en el mundo y que esté en una plaza tan céntrica en un pueblo tan turístico como Besalú, da mucha pena.
La aventura comenzó con que pedimos para comer y nos acomodaron en una mesa... por ahí bién. Lo malo fue cuando tardaban tanto en tomar nota. De lo peor fue cuando pedimos el vino y nos trajeron un caldo rosado de lo más malo que te puedes echar a la boca, todo aguado y con un sabor que se asemejaba más al vinagre que al peor vino de cartón.
Tardaron un horror en traer la comida pero cuando la trajeron, vi con mis propios ojos como la descargaban de un coche y se metían en el restaurante con el propósito, confirmado con mi percepción visual y termométrica del alimento, de recalentarla con el horno microondas: los huevos a la riojana estaban resecos y con el tomate frito del Mercadona, sí ese tomate frito azucarado de la etiqueta Hacendado. El churrasco de segundo plato seguro que era de una ternera enferma, pues era pequeñito y ni las patatas querían compartir plato con él pues había muy poca guarnición. Para matarte de hambre.
La mesa se nos volcó varias veces puesto que el tablón de madera supuestamente atornillado a una mesa de máquina de coser, no estaba atornillado. Normal pues que si te apoyas un poco en la mesa (como es costumbre en niños) el tablón se vuelque y con éste, todo lo que haya encima de la mesa. Parecía más una película del gordo y el flaco que una comida en un restaurante.
Por los postres no voy a decir nada porque estaban envasados y el pastel de queso venía hecho de otro lado. Por ahí la podrían haber cagado en cualquier cosa pero era difícil de superar lo anteriormente contado.
Destacar que en el momento de pagar aquella mierda de experiencia, me decido a pagar con Mastecard cuando me dicen que no aceptan tarjetas. Fantástico, seguro que tienen teléfonos de última generación, WIFI y mil cosas más pero no tienen un miserable datáfono para cobrar con tarjeta. En pleno siglo XXI parece ridículo... en fin.
No tenía rótulo el restaurante y el recibo carecía de nombre o NIF, y es lo que les faltaba que además queden anónimos ante el público. Pero eso no sirve para que pasen desapercibidos: si queréis comer de pena, con un vino asqueroso y en condiciones más propias del hace 30 años, id al restaurante que está el la plaza de la iglesia de Besalú: justo en frente de la iglesia.
No comments:
Post a Comment